Los chatbots empiezan a despegar de forma importante, hay muchos tipos, sobre muchas plataformas y los usos más diversos.
Sin embargo, algo está ocurriendo respecto a estas herramientas, especialmente cuando hablamos de chatbots no comerciales.
Los chatbots no comerciales son aquellos que interactúan con los usuarios y aprenden de forma autónoma de los usuarios en base a esas interacciones.
Inteligencia Artificial que Aprende de hablar con las personas
Algunos ejemplos podrían ser la inteligencia artificial Tay, que tuvo que ser desconectada al ir aprendiendo de las interacciones con los humanos.
El principal detonante para esta desconexión es que aprendía de los comentarios que le hacían y en poco tiempo este bot empezó a contestar con comentarios racistas y xenofobos a otros usuarios.
En el caso de los chatbot comerciales no hay nada que temer ya que estos son configurados y estos se quedan configurados para los usos establecidos.
Pero volviendo al caso de Tay, el bot no comercial que tuvo que ser desconectado.
Es clave que hayan seres humanos felices
Hace unos años Mo Gawdat el antiguo director de negocio de Google X, la empresa dedicada a Inteligencia artificial, robots, autos autónomos, etc creo un movimiento llamado One Billion Happy.
Como él mismo indica, la importancia de la felicidad en absolutamente clave para nuestro futuro como humanidad.
Los bots, y la inteligencia artificial aprende de la interacción con los humanos y es Tay es un caso claro de ello.
De hecho, crear One Billion Happy es para hacer entender al mundo que la felicidad es una prioridad, ya que el paso atrás de la inteligencia artificial es absolutamente imparable.
Existe una fecha en la que los científicos no pueden ver más allá, no saben que ocurrirá, y se llama Singularidad (Singularity).
¿Es ese el momento en el que las maquinas podrían tomar el control?
¿Tomarán las maquinas el control?
Podría ser. Lo que si saben es que la fecha estimada es 2029. Y eso significa que la tenemos ya aquí.
Pero las maquinas están aprendiendo de los humanos en base a sistemas actuales, que pueden ser integrados con bots, que pueden a su vez aprender a interactuar con las personas.
Los chatbot y los voicebots (Alexa, Google Home) son la primera forma de contacto con los humanos en este sentido.
¿Y si uno de estos bots no comerciales empezará a generar una información y aprendizaje sobre la interacción con los humanos tan grande que pudiera ser integrado con cualquier otro sistema?
¿Y si estos chatbots actuales terminan siendo en si mismos cerebros que aprenden de la interacción con los humanos y que, además, su única misión es esa?
Está claro que hay mucho camino por delante por recorrer, de hecho en nuestro blog escribíamos un artículos sobre le futuro de los chatbots con el mundo del retail.
Si esta evolución en el mundo del retail tiene tanto por delante, implicaría que todo el mercado tendrá interacción con estos bots, en este caso comerciales.
Pero cuando sabemos utilizar la tecnología nos es muy fácil utilizar herramientas parecidas, ¿y si bots similares a Tay interactúan con nosotros y obtienen resultados similares a los que obtuvo Tay? Pero con muchísima más gente interactuando.
En este caso la felicidad no es una prioridad y lo que las maquinas estarían aprendiendo es algo muy similar.
¿Es la educación clave para la superviviencia humana?
Al final lo que si hay es una conclusión para que un bot pueda entender que la interacción entre humanos está basada en respeto y en buscar la «felicidad» y es que la educación desde la base (desde niños) es clave absolutamente.
Por lo que suponiendo que existe una singularidad en la que las maquinas podrían «tomar el control», sólo y sólo nosotros como humanos seremos los responsables del resultado.
Si los bots de hoy se van conviertiendo en los cerebros mañana, que de alguna manera seguro que lo serán, la interacción con ellos es tan clave como la interacción con nosotros mismos.
Al final, cuando diseñas o desarrollas un chatbot comercial, los que más éxito tienen no son sólo los que responden de una forma acertada y ofrecen una solución, además son los que hacen sentir mejor a las personas.
O los que ofrecen soluciones que aportan valor a las personas en un momento determinado que ellas valoran.
Por lo tanto, es importante que si van a existir cerebros del mañana, que hagamos que al menos puedan entender la felicidad desde lo antes posible.